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Información sostenibilidad

26
Abr
2024
Lectura estimada: 3 minutos
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Las alternativas al caucho como sustrato de los campos deportivos de césped artificial

En otro post de este blog hemos analizado el problema que plantea el uso de microplásticos como sustrato de los campos de césped artificial, tanto desde el punto de vista sanitario como del medioambiental o de sostenibilidad.

El hecho es que el aumento que se está registrando en la demanda de campos deportivos de césped artificial podría agravar todos estos problemas, de nos ser porque la Unión Europea, en su Reglamento 2023/2055, prohibió la fabricación y comercialización de productos considerados como microplásticos.

Se hace necesario, por tanto, buscar una alternativa al caucho SBR como sustrato del césped artificial en los campos de nueva construcción, y en la reforma de los existentes, una vez finalizada su vida útil.

Un reto, teniendo en cuenta las restricciones que establece la normativa europea y también el volumen que actualmente representan estos campos con sustrato de caucho SBR, que tienen una cuota de mercado superior al 97%.

Las alternativas que se han propuesto hasta ahora, como los polímeros termoestables, los materiales termoplásticos, los compuestos orgánicos de origen vegetal o los inorgánicos de origen mineral (arenas), plantean diversos problemas: los que cumplen con los requisitos técnicos obligatorios son caros y no sostenibles; y los que son económicos y sostenibles, no cumplen con los requisitos técnicos.

Por tanto, la prohibición de los microplásticos por parte de la Unión Europea plantea una interesante oportunidad de mercado, consistente en ocupar el hueco que dejará el caucho SBR en el sector de los campos deportivos de césped artificial a corto y medio plazo.

La alternativa supone desarrollar un material que sea seguro, ecológico, que cumpla con las condiciones técnicas y que, además, pueda producirse en cantidades lo suficientemente grandes como para satisfacer la demanda de instalaciones.

Estamos hablando de que cada 1.000 nuevos campos deportivos de césped artificial que se construyen en Europa requerirán más de 45.000 toneladas de estos materiales. Razón suficiente como para que sean seguros y sostenibles.

La solución a este problema es, precisamente, el objetivo de las empresas que forman parte del proyecto LIFE T4C: encontrar un material seguro, sostenible, reciclado y reciclable, y que sea lo suficientemente versátil como para superar las exigentes pruebas técnicas a que se someten los campos de césped artificial.

Unas pruebas que garantizan que el terreno de juego es seguro, que no entraña ningún riesgo para la salud o seguridad de los jugadores, y que ofrece un rendimiento óptimo tanto en el desplazamiento de los jugadores como del balón.

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